A partir de los desechos del proceso forestal, investigadoras UDT y de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas esperan concretar, gracias al financiamiento Fondef Idea, un producto que mantenga a la madera libre de hongos.

Hace varios años que la Dra. Cecilia Fuentealba Becerra, investigadora de la Unidad de Desarrollo Tecnológico, trabaja en la investigación relacionada al aprovechamiento de los desechos forestales o biomasa forestal. Hoy es la directora del proyecto Fondef Idea que busca concretar una de esas líneas de trabajo, específicamente, la obtención de un protector de madera natural, extraído desde la corteza del eucalipto.

Para ello trabaja con la Dra. Claudia Pérez Manríquez, del Laboratorio de Química de Productos Naturales de la Facultad de Ciencias Naturales y Oceanográficas, quien es la directora alterna del proyecto. Le acompañan los investigadores Gustavo Cabrera Barjas y Vicente Hernández Castillo.

El proyecto ataca al menos dos problemas que afectan a la industria forestal. Por una parte, las cortezas de eucalipto son un desecho difícil de eliminar o de reutilizar, debido a que, entre otras cosas, se trata de un material muy fibroso. Por otro lado, antes de comenzar el proceso de secado, la madera queda expuesta a agentes de deterioro biótico y abiótico, tales como hongos que producen manchas. El tratamiento actual es una solución sintética que tiene una serie de contraindicaciones; provoca una coloración indeseada en la madera y, además, tiene restricciones ambientales e incluso hay países que prohíben su uso.

Ante esta situación, las investigadoras volvieron la mirada hacia la corteza, mecanismo natural de los árboles para protegerse. “La corteza tiene un poder químico muy interesante, se trata de un escudo natural”, señaló Fuentealba, directora del proyecto. La idea es tomar los resultados promisorios que se han obtenido y concretar la posibilidad de un producto que mantenga la madera protegida por un plazo mayor a tres meses, que permita su transporte en barco o su mantención en bodega, sin afectar su calidad.

Entre otros desafíos, Fuentealba indicó que necesitan aumentar la duración del efecto protector. “Tenemos que incorporar lo que sabemos sobre sinergias, o la incorporación de varios componentes que puedan fortalecer la fórmula, para que el efecto protector tenga una duración mayor”.

A nivel mundial, existe literatura sobre el efecto de los productos antimanchas de origen natural, sin embargo, en Chile no ha sido un desarrollo tan explorado. Su aplicación se haría mediante tinas, donde se sumerge la madera empaquetada, en este caso, de pino radiata. Mediante este proceso, el material obtiene una protección natural que dura unos meses, lo suficiente para ser transportada o esperar en bodega su proceso de secado, que es el que la protege de forma definitiva. De esta manera, el producto que espera desarrollar Fuentealba se transforma en un paso intermedio, sustentable y amigable con el medio ambiente, que puede ayudar a los productores locales a abrir nuevos mercados, más exigentes en materia de uso de sustancias tóxicas en los procesos productivos.

El proyecto tiene una duración de dos años, luego de los cuales se esperar contar con un prototipo para finalmente lograr el escalamiento industrial. En Chile, la producción de madera aserrada es la industria de mayor importancia en el sector forestal, de ahí que esta solución tenga un amplio potencial de impacto en la industria.

Fuente: Katherine Pavez, Noticias UdeC