Deysa Care y UDT hicieron una alianza para crear un nuevo producto a partir de lo que hoy se cataloga como basura o residuos COVID. La iniciativa surge en el año 2020, con el fin de darle una segunda vida a las mascarillas desechables 3PLY y KN95.
En la búsqueda de dar una segunda vida a un desecho que ha venido haciendo mella en el medioambiente, Deysa Care y la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción (UDT), se unieron para desarrollar una novedosa idea que permite convertir los tapabocas desechables 3PLY y KN95 en un material para fabricar maceteros. La idea nace en pleno año 2020, cuando UDT en medio de la pandemia, comenzó a realizar estudios sobre la factibilidad de valorizar las mascarillas quirúrgicas después de ser usadas. Para llevar a cabo esta investigación, SEREMI de Salud de Bíobío, autorizó una ordenanza que permite el tratamiento seguro de los tapabocas.
Vale destacar que en Chile, las personas en promedio utilizan una o dos mascarillas diarias, lo que se traduce en 17 millones de cubrebocas al día aproximadamente, lo que equivale a ochenta toneladas de residuos por COVID. Estos tapabocas están fabricados con pequeñas fibras de polipropileno, un material que no se degrada, por lo que, al no ser reutilizado, contamina distintos ecosistemas debido a su eliminación irresponsable, además de dañar a la fauna.
Hoy por hoy, la tecnología desarrollada por UDT permite que este material no degradable, pueda transformarse en pellets de polipropileno, de esta manera puede ser incorporado en sistemas de inyección de plásticos que lo transforman en un fluido inyectable en moldes de la forma que se desee, tales como: cubiertos, bandejas, platos, recipientes, etc, como también diversos tipos de maceteros.
Para lograr ese material la Unidad de Desarrollo Tecnológico de la Universidad de Concepción tiene seis pasos. Primero está la recepción de mascarillas, luego pasan por una cámara de desinfección, en donde mediante uso de altas temperaturas se asegura la eliminación de todo agente contagioso, incluido el virus del COVID.
Tras esto, las mascarillas se pesan y se clasifican, asegurado de este modo la eliminación de elementos indeseados como plásticos, telas o papeles, para luego pasar por la molienda y reducir su tamaño, obteniendo viruta de mascarilla, la cual es sometida a diferentes procesos mecánicos de densificación, que permiten la obtención de distintos tipos de pellet de mascarilla, el cual se transforma por inyección en el producto final deseado.
Ahora ambas instituciones planean concientizar a la sociedad para invitarlos a participar de iniciativas de reciclaje. Deysa Care también hace un llamado a empresas y entidades a que se unan al programa de reciclaje, con el fin de fomentar la gestión responsable de los residuos COVID, promoviendo de este modo la eliminación responsable de mascarillas a través de puntos limpios para su posterior reciclaje y transformación.
Para seguir fomentando el reciclaje de mascarillas y promover la economía circular, Deysa Care creó una promoción web con el objetivo de entregar un regalo con sentido a sus clientes. Es así como por la compra de un monto superior a $45.000 a través de su página web, las personas pueden obtener de un kit de autocultivo completamente sustentable que incluye: 1 macetero 100% hecho de mascarillas, 1 pack de semillas y un sustrato para cultivar, crear vida y seguir ayudando al planeta dándole vida a lo que hoy vemos como basura.
Fuente: Emol.com – https://www.emol.com/noticias/Economia/2022/04/26/1059109/fabrican-maceteros-con-mascarillas-recicladas.html