Cerca de 6000 personas llegaron al centro de eventos Sur Activo los días 9 y 10 de octubre para participar en Ciencia sin Ficción, evento de divulgación científica organizado por la Fundación Chile 2100, realizado durante la tradicional Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología que cada año lleva a cabo el Programa EXPLORA CONICYT en todo el país, y que en la VIII Región impulsa el PAR EXPLORA Biobío.
Fueron 2 jornadas en que 30 hombres y mujeres de ciencia expusieron, en un lenguaje sencillo y ameno, sus principales temas de estudio: el primer geoparque minero litoral del Biobío, mitos y realidades de los transgénicos, cambio climático, el Big Data, ciencia con impacto social, migraciones, los océanos, entre muchos otros, todas estas charlas fueron transmitidas vía streaming y traducidas al lenguaje de señas, entregando una experiencia cercana e inclusiva.
Los principales “science star” fueron el astrónomo y Premio Nacional de Ciencias, José Maza, que encantó a un auditorio repleto con su conferencia “Marte: la próxima frontera” y el bióquímico y divulgador Gabriel León, autor de “La Ciencia Pop”, que ofreció una entretenida “Breve historia de la alimentación humana”.
En el espacio continuo al escenario de las charlas, se presentaron diversos stands con las investigaciones e innovaciones de estudiantes del Inacap y de instituciones como la UCSC, INCAR, CIBAS o CIEDE. En este contexto UDT ofreció un entretenido taller para escolares de educación básica que tuvieron la oportunidad de hacer un macetero a base de aserrín, cola fría y agua, comprendiendo en la práctica que un material que es considerado un desecho, como el aserrín, puede ser la materia prima para crear un nuevo producto, lo que hace UDT con la biomasa agrícola y forestal que las industrias descartan.
Una experiencia enriquecedora que se complementó el miércoles con la presencia de los estudiantes participantes en el Congreso Científico Escolar Provincial Biobío, quienes aprovecharon al máximo la oportunidad de escuchar diversas charlas de CyT y que fueron los más entusiastas al momento de poner manos a la ciencia y fabricar su macetero de aserrín.